El invernal solsticio,
la demorada noche.
Sólo queda esperar
a que la breve luz
se expanda
y adquiera consistencia
al paso de las horas
abriendo grietas en las sombras
hiriendo el iris inexperto
socavando desdichas
infiltrando hendiduras
en la tristeza
en la melancolía
destruyéndolas.
No tardará el encuentro con los días
en que alegre
renovado
surja
sin culpa ya
por esa redención
que irrumpe
como si nunca ausente
en medio de la noche se perdiera.
Miríadas de luz
le iré ganando al tiempo
a golpes de minúsculos asombros.
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