jueves, 27 de marzo de 2014

APARICIÓN

La espalda protegida por la música.
Umbral de luz.
Mis ojos abismados en las olas
aguardan los embates de la dicha…

y fue tu rostro el que acudió a mi encuentro
y tu mirada triste de qué ha pasado aquí.

jueves, 19 de enero de 2012

UNA ANÉCDOTA

En 1982, el poeta José Hierro, en su programa «Ateneo» de Radio Nacional (Radio 3), leyó un poema titulado «Berlín Alexanderplatz» (título que corresponde, como es sabido, a la famosísima novela de Alfred Döblin) firmado por Miquel López Crespí. Conforme José Hierro avanzaba en su lectura, yo no daba crédito a lo que estaba oyendo y saqué un artículo de Juan Goytisolo, «’Berliner Chronik’», publicado unos días antes en EL PAÍS (jueves 19 de agosto de 1982), artículo que yo había guardado entre la páginas de la novela de Döblin. Comprobé que todo cuanto leía Hierro se correspondía con lo que Goytisolo decía en su artículo. Me decidí a escribirle y unos días después lo llamé a la radio y hablé con él. Como se verá por sus palabras, el poeta temía una broma y no podía estar seguro de que yo no formase parte de ella. Esto último quedó descartado, supongo, cuando años después tuve ocasión de recordarle en persona «el caso López Crespí». Me dijo, divertido, que todavía se había encontrado el supuesto poema de LC en un certamen literario, y añadió: «Menos mal que yo estaba en el jurado».
A Miquel López Crespí le dieron en 1984 el premio Joan Fuster de literatura en catalán.
La última vez que vi a José Hierro fue en una lectura de los poemas de su Cuaderno de Nueva York, en 1999. Al finalizar el acto, mi hija le entregó el libro y le pidió que pusiera: «Para Pedro y su hija Cristina». Él lo hizo así y nos pintó unos preciosos barquitos.
Todo cuanto sigue es una fiel transcripción de lo que Hierro dijo por la radio. Se nota, por las repeticiones de ideas y palabras, que el poeta estaba algo indignado o, al menos, bastante perplejo. Me podría haber esforzado más en la puntuación, pero es que a este texto, por como salían las palabras de la boca del poeta, no le pega ni una coma.
Termino atreviéndome a invitar a quien no lo haya hecho a que lea la novela de Alfred Döblin. Quizá requiera su lectura más atención y esfuerzo que la de los tochos millonarios y acabe cayéndose de las manos. Sería una pena. También recomiendo la serie que, dirigida por Rainer Werner Fassbinder, emitió la televisión hace muchos años y que, felizmente “remasterizada”, lanzó Cameo en formato digital (910 minutos, más otros 160 de extras, de intenso placer cinematográfico, en alemán con subtítulos en español).



«[no se entienden las primeras palabras de José Hierro] …personal tiene que ver unos poemas de Miquel López Crespí. Me pareció un poeta muy interesante, me pareció importante lo que hacía, y entre los poemas que yo daba a conocer había uno titulado “Berlín Alexanderplatz”, poema muy hermoso. Pasan unos días y recibo una carta de don Pedro Mondaza Sánchez, de Sevilla, en la que me dice: “Entre los poemas que ha leído usted hoy en el programa Ateneo, uno de ellos, “Berlín Alexanderplatz”, me ha sorprendido, por cuanto en él aparecen versos que son una copia exacta de frases que pertenecen al artículo cuya fotocopia le envío. ¿Podría usted decir algo sobre esto? Reciba un cariñoso saludo”. Bien, yo no puedo decir nada sobre esto. He cotejado el original poético que fue leído aquí con el artículo cuya fotocopia me manda; artículo que yo desconocía, y ciertamente no se trata de un influjo, de un contacto, de un préstamo literario, sino (vamos a decirlo de una manera un poco cruda) de un plagio; es decir, todo absolutamente lo que está en este poema pertenece a un artículo, “Berliner Chronik”, de Juan Goytisolo, publicado el 19 de agosto de este año [1982] en el diario EL PAÍS.
Uno se queda sorprendido, máxime cuando no es tan inexperto como para no saber que de vez en cuando aparecen esas gentes curiosas que quieren tal vez que su nombre aparezca por las ondas, que tal vez tengan vocación literaria, y entonces toman de aquí y de allá; es decir, aquí se han recibido cosas que eran sospechosamente esproncedianas; pero, en fin, esto no ocurre nunca en un escritor profesional, en un poeta como lo es este hombre, es decir, que yo no entiendo absolutamente nada cómo Miquel López Crespí es capaz de hacer bellos versos (yo he visto dos libros suyos, uno en catalán y castellano, un libro de cuentos), es decir, no entiendo absolutamente nada. Ciertamente todo (digo lo que aparece en este poema), todo está en el artículo en prosa de Juan Goytisolo. Alguien me puede preguntar entonces si es que la prosa y el verso no se distinguen. Bueno, decía Juan Ramón Jiménez que para él no existía prosa ni verso, es decir, que un ciego no sabe si es prosa o verso lo que está escuchando, cuando lo que está escuchando es un poema escrito en verso libre. Por otra parte, hay que pensar que Juan Goytisolo escribe no como un simple informador que nos cuenta en este caso un viaje hecho a Berlín, sino que lo hace a su manera, de su forma altamente poética, aunque sea la prosa lo que utilice, de manera que no es nada extraño que aquí encuentre cualquiera no ya una materia prima, para elaborar, sino como en este caso una materia prima, creo yo, me parece a mí, para plagiar. Es decir, no entiendo absolutamente nada, estoy confuso, estoy diciéndolo ya, estoy repitiéndolo y cuando a mí me pregunta, me pregunta el señor Mondaza Sánchez qué puedo decir sobre esto, puedo decir sencillamente que me han metido un gol, es decir, que aquí ha habido un poema que no ha sido escrito por la persona que que que lo ha firmado, y que por lo tanto no entiendo absolutamente nada, y que lo entiendo menos, digo, cuando se trata de una persona con evidente talento creador, talento natural. Entonces yo la pregunta tendría que remitírsela, como es natural, pues al autor de vamos a llamarlo plagio, aunque pueda ser un poco precipitado, porque no sé el origen de todo esto, es decir, al señor López Crespí; él puede ser quien vaya a contestar o quien pueda contestar. Espero que, si me escucha, o por lo menos si alguien le informa de que esto ha ocurrido, que sea él quien haga la aclaración. Hay que tener en cuenta, y he insistido mucho sobre ello, que no se trata de que haya unos préstamos, de que haya unas citas.
Todos los poetas, o muchos poetas, porque tampoco hay que generalizar, han utilizado a veces fórmulas, han utilizado préstamos de otros autores. En ese sentido me parece que Juan Ramón Jiménez es el que marca la pauta. Juan Ramón Jiménez, en su libro escrito en 1917, publicado en 1917, Diario de un poeta recién casado, tiene una serie de hermosos poemas, poemas en prosa o poesía en prosa, como a él le gustaba decir, donde transcribe literalmente carteles, por ejemplo, que ha visto en la calle, en las calles de Nueva York, o anuncios para oficios religiosos en una capilla también de Nueva York; es decir, naturalmente todo esto tiene siempre un alcance literario, es exactamente igual que hacían los cubistas y después los surrealistas cuando tomaban trozos de periódicos, por ejemplo, y los pegaban sobre los cuadros para dar siempre una impresión de veracidad, de realidad; para, de alguna manera, valorar lo que ellos habían creado por sí mismos. Todo eso es perfectamente lícito, pero a condición de que esos elementos tomados de otros autores o tomados de la realidad de cada día como sea, estén elaborados de una manera literaria. Sin embargo, no es este el caso, vuelvo a decir, es un precioso poema, nunca me arrepiento de haberlo leído. Es, además, curioso que se haya descubierto que no era tal poema; pero, en cualquier caso, digo, pertenece evidentemente a un gran escritor como es Goytisolo, a un gran escritor que hace una especie de de de crónica un poco onírica con una enumeración caótica por un Berlín, una visita a Berlín que él ha hecho, y esto es exactamente lo que después recoge el poema, es sin quitar ni poner punto ni coma, no todo el artículo, sino unos fragmentos determinados del artículo, precisamente aquellos que dan más esta idea de caos, de enorme niebla con la que parece que el autor del artículo, Juan Goytisolo, se ha visto rodeado al llegar a Berlín. Eso es entonces lo que yo tenía que decir, sencillamente no diré excusarme, yo tengo en ello una parte de culpa también por no haber conocido antes el precioso artículo de Juan Goytisolo, pero en cualquier lugar no entiendo muy bien cómo se puede hacer sobre unos fragmentos de un artículo, con ello, componer un poema sin citar en ningún momento, sin decir cuál es la intención, porque a veces sencillamente en estos casi más que pastiches, en estos plagios puede haber una intención remotamente literaria cuando se trata de un contexto general, es decir, probablemente este poema elaborado a partir de unos fragmentos de una prosa tenga un sentido dentro del libro en el cual va a ser incluido, pero en cualquier caso creo que el autor debía haberlo hecho notar anteriormente. Podía haber compuesto un poema sobre materiales ajenos, con materiales ajenos, pero darle esa última intención literaria que yo no veo aquí. En cualquier caso, independientemente de esta cuestión de preferencias, de esta cuestión de originalidades o no, creo que el poema es muy hermoso, creo por otra parte también que este autor es un autor que merece la pena, y digo porque juzgo a través de dos libros que él ha tenido la amabilidad de enviarme, de ehhh… enviarme. No tengo necesidad de repetir lo que ya he dicho anteriormente, es decir, cómo él ha sido periodista, cómo ha tenido unos premios literarios; por tanto, no es un desconocido, no es un principiante, aunque su fama no se haya extendido todo lo que debiera, y, por lo tanto, no entiendo esto. Yo agradecería mucho entonces al señor López Crespí que algún día escribiese, que algún día nos dijese cuál es la razón de esto. Y si es una broma, no la entiendo exactamente, y desde luego pienso que puede tener algo más relación con una broma que con una especie de hurto literario. Estos hurtos literarios sabemos ya y hemos visto ya muchos casos graciosos y dramáticos para quien lo ha hecho, que suele ocurrir cuando existe un negro. Todavía, hace unos pocos años se dio la circunstancia de un autor, una autora, para ser más exacto, que publicó un artículo. Este artículo, según se supo después, era uno de los muchos que encargaba a esos negros literarios que escriben para que otros firmen. La venganza del negro literario consistió en copiar un fragmento de Oscar Wilde, con ello hacer un artículo, y se descubrió todo ese pastel. Pero en este caso no hay negros, no creo que exista, no entiendo entonces la razón de todo ello. En cualquier caso vaya aquí mi disgusto personal, supongo que el de los lectores, porque no creo que esto sea una cosa que beneficie mucho la posibilidad de que esta sección quede abierta a los valores desconocidos. Puede ocurrir entonces que ya no sabemos si nos están gastando una broma o qué es lo que está ocurriendo».

jueves, 17 de noviembre de 2011

MATERIAL DE CONSTRUCCIÓN

Dice T. S: Eliot en su Ash-Wednesday:
“Consequently I rejoice, having to construct something/Upon which to rejoice”.



Los versos que siguen fueron compuestos hace mucho tiempo. Son solo intentos de hacer algo de lo que alegrarme y ni siquiera, salvo de los publicados en Cuadernos de Roldán, recuerdo las fechas en que los fui pergeñando.
Las citas que anteceden a buena parte de mis pretendidos poemas las fui colocando tiempo (a veces, mucho tiempo) después de haberlos realizado (salvo, claro está, en los casos en que se trata de una paráfrasis de la cita). Lo hacía porque, aunque estas referencias ponían aún más de manifiesto la insuficiencia de mis palabras, sin embargo brindaban una inapreciable compañía a mis composiciones. Las dejo para que en el improbable caso de que alguien se detenga a pasear sus ojos por este blog tenga también algo de que alegrarse.
Y de nuevo me agarro a una cita ardiendo. En el prólogo a su Los conjurados, dice Borges, citando a Carlyle: “Toda obra humana es deleznable, pero su ejecución no lo es”.

A QUIEN CONMIGO VA


Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca
aquel en cuyo amor desfallecía Matilde Urbach.
J. L. BORGES


Yo, que siempre quise ser otro, no quisiera nunca
dejar de ser este a quien tú amas.



ALERTA

así en la activa tristeza
así se le revela al hombre la belleza
HERMANN BROCH



Como guardián celoso
persisto en la vigilia
y practico el insomnio

acechante en la noche
cultivo mi tristeza.


EL LAMENTO DE PARIS

Ay, Helena,
vendrán para buscarte
y luego montarán una Odisea.

Dirán que te he raptado
y con la burda treta del caballo
nos joderán la vida para siempre.



RECUPERAR LOS SUEÑOS

Recuperar los sueños
que un día se cumplieron
y resultaron vidrios destrizados.
Volverlos al lugar
de la ilusión que aguarda
sin encarnar aún en la esperanza,
gregaria del deseo.


DESPERTAR

Lentamente abandono
la densa claridad del sueño
y me sumerjo
de golpe
en la rutina.


PASATIEMPO

Entretienes tu vida
con palabras vacías
y la ingenua esperanza
de que las colme el tiempo
con los significados de tu lucha.

PALABRA Y FUGA

Tengo un poema gastado, con letras huidizas,
como en fuga hacia el lugar del que partieron,
apagadas por su misión inútil.

Lo escribí para ti cuando sabía
que estaba ya demás toda palabra
y no me he perdonado desde entonces.
Las palabras pueden acumular
bastante sinsentido con el tiempo
y mucha muerte.

Eso les duele
y se rebelan
y se van marchando

mientras yo las contemplo impotente
con el deseo de que permanezcan
ahora, que sólo ellas de verdad me importan.

Pálidos reflejos de lo que sentía
me apena que me dejen sin embargo,
porque algún vestigio guardan de lo que yo era.


PALABRA ESCONDIDA

Hay una palabra, una sola, de la que no se sabe de cierto si alguna vez
ha traspasado la barrera que separa el silencio del sonido.
[…]
La palabra escondida, a solas celada en el silencio, puede surgir sosteniendo
sin darlo a entender un largo discurso, un poema…
MARÍA ZAMBRANO


Nadie tiene la última palabra
y mucho menos tú
que inútilmente
te rebelas y tratas de encontrarla
buscando una luz última
acechando el momento
en que la desesperación se ahogue de tanta claridad.

Ni tú ni nadie es capaz de decir lo que nos pasa
cuando al cabo de los años
erramos perdidos por nuestro desconcierto

sin salida visible
sin lugar de reposo
sin hospitalario asilo donde alojar el miedo
a la pura existencia.

Dónde el consuelo para la amargura
que te provoca tu impasible vida.

Al cabo, esa palabra última reveladora
si algún día apareciese ante tus ojos
no la reconocerías

porque tampoco tú eres un elegido
como creías que eras
hace demasiados años.

Inútil ya tu empeño
tan solo te consuelas con el llanto
que nadie quiere oír porque es sabido
y porque todos andamos en lo mismo:

a manotazos contra la perplejidad de estar vivos
y sin saber para qué.


CONTRA EL DOLOR

Puede el amor prescindir de las palabras.
Su lenguaje puede hablarse con las manos
y con el cuerpo todo.

En cambio el desamor
está obligado a enumerarse
para desactivar la pena.

Nombro una a una las partes de tu cuerpo
que ya no están conmigo.
Describo las formas recorridas por mis manos,
los súbitos rincones hollados por mi boca:

palabras sin un cuerpo,
palabras que transforman los cuerpos en historia.


AMOR IRREPARABILE FUGIT

El amor siempre nace
con voluntad
de permanencia, y dura
lo que unos ojos tardan
en desviar
la mirada
mientras los labios besan.


EL CONSUELO

Ya sé que tú prefieres
que los hombres sean fuertes
de carácter
y que yo sólo soy
un hombre triste que implora

pero quiero que sepas
que ayer
lloré sobre los hombros
desnudos
de una mujer hermosa

y que más tarde
cuando nos vestíamos
era tanta la risa
que tuvimos de nuevo
que quitarnos la ropa
y echar
una última lágrima.


“NO CONOZCO A ESTE HOMBRE DE QUIEN HABLÁIS”

Deshacerme de mí, quedarme al margen,
salirme de mi yo completamente,
para observar mi vida en la distancia
sin miedo de no ser

bastante daño ya me hice
cuando yo era mío

y toda voluntad se quedó en nada
y todo ardor cesó
de puro abatimiento y nula práctica.

Como en la muerte cuando se avecina
hoy quiero contemplarme desde lejos
y negar por tres veces mi existencia

asegurar que no me he conocido.


LA MIRADA

¡Oh, peligrosamente botín de su mirada!
PAUL VALÉRY


Imagen de ti
llevo en el fondo oscuro de mi alma.
La muestro en los hoteles
en los andenes de las estaciones
en los puertos sin alma adonde arribo.
Atravieso con ella
arrabales hostiles
de agrias voces y rostros torturados,
abigarradas plazas con gente silenciosa,
ciudades
donde el dolor no se comparte
ni tienen nombre las causas que lo infligen.
Mas no te ven
o no te reconocen
o quieren engañarme
y a veces
ya no sé
si sueño
o sombra
busco.

Cómo saber
si fue sonrisa acaso
destinada a cumplir con los preceptos.
Cómo entender que incidental encuentro
arrastre tras de sí un destino.
O encienda un canto
capaz de edificarte como templo
en el que sea yo tu sacrificio.

Evanescente imagen,
ahora sólo soy
el pasajero loco
de la estela dejada por tus ojos,
y al mundo voy
de mano en mano
construyendo figuras de horizonte
que encaminen mis pasos.

Buscarte al fin es conocer
y amar es ya encontrarte.
Pero enlazar quisiera
deseo y cuerpo
en vez de soportar este sabor
a tierra y polvo
en mis labios resecos
por besar en las piedras
y morder en el viento
las deshechas montañas que se abaten
inmensamente sobre mi delirio.

Prosigo en el tablero
y el mundo se transforma a cada paso.
Con cada movimiento
se rompe el equilibrio
y mudan las certezas.
Tú siempre estás en otra parte
y siempre es otra la jugada
y en otro me convierto
según quien me contemple.

Ahora sólo soy porque te busco,
origen tú de esta existencia
que en sí se desconoce
y que al buscarte encuentra su sentido
y se construye
llenando su vacío con tu ausencia.

Ausencia como forma del vivir.


LOS PARQUES

No me gustan los parques en domingo,
la extrema paradoja de su luz
que apaga sueños.
Prefiero caminar hasta cansarme
por calles con aspecto de diario.
Sentir la vida en su trajín de jueves
(un día que me gusta especialmente)
y enmascarar mi angustia
con el disfraz de los atareados.
Guardarme de las sombras
sentado en algún bar cuando anochece,
pasar de todo aquello que no he sido
para soñar con imprevistos cambios
y así gozar de un cierto desahogo.

(Es muy propio de mí,
en este punto de envilecimiento,
sentirme gratamente conmovido).


MUJER SOLA

Y mientras el ser que se ha recibido
tiende a esconderse, un algo, alma
habría que llamarlo, tiende a salir
del interior del recinto.
MARÍA ZAMBRANO

Limpia tu casa
cuida tu jardín.
Tu casa defendida
tu jardín cercado
tu cuerpo protegido
tu alma a salvo.

Heroico empeño es llenar todas las horas,
lograr que los recuerdos no percutan
como esquirlas de vidrio sobre un cuerpo desnudo.
Fugitiva del llanto, madura de impotencias,
apasionada hasta el dolor se afana
por construir un mundo donde el amor no duela.
Arrógase la magia de los dioses;
pero los ángeles no existen
a menos que se tenga
la fuerza de crearlos.

Reprime tus deseos
olvida lo pasado
mantén el pulso firme
y no permitas nunca
que tu débil sangre
aliente la nostalgia.

La espalda contra el muro externo de la casa,
advierte estremecida
que la hierba no admite negligencias,
descuido su pequeña y tierna forma.
No tienen sus mimosas las flores amarillas,
y habrá de erradicar al insensible asfódelo,
para impedir que sus raíces
les sirvan de alimento
a comensales fúnebres.

Aférrate a tu vida
en paz sin sobresaltos
como ninfa que huye
de la mirada ajena
y a solas busca
gozar de su belleza.

Y no es el alma, no; es solo el cuerpo
que pugna por salir.
Son los sentidos que reclaman
espacio y aire y luz,
turbio ya el consuelo que buscaban.
¿Cómo administra un cuerpo la esperanza?

“Tendremos que lavar este vestido”

O salta de alegría
si llaman a tu puerta
y es alguien que te invita
y te pide algo a cambio:
que vuelvas al camino
buscándote en sus ojos
queriéndote en sus labios.

La música viaja hacia la luz,
fluye del interior
y deja su cadencia entre los mirtos;
de la penumbra salen los sonidos.
Se aposentan las sombras
buscando su cobijo en los rincones.
¿Es posible la paz si deseamos vida?

“Tendremos que lavar este vestido”

Al final del verano
que te mantuvo alegre
te sumió en la tristeza
la hermosura de octubre
y te caló los huesos
la humedad de la tierra.

Imprecisa se va volviendo la figura
de la mujer, se desdibujan
contornos de la casa,
perfiles de las ramas contra el cielo.
Se oscurecen los verdes de las hojas.
El universo así se desvanece.

Mujer, entra en la casa y cierra bien tu puerta.
El mundo no te reconoce
y sola estás.
Protégete del viento.
Entra en la casa.


LA CHICA DE LAS PIERNAS LARGAS Y LOS PIES GRANDES

Cómo llegó a gustarte no lo sabes
esta mujer que tiene
quizás las piernas flacas
y acaso los pies grandes.

Qué camino ha seguido su paciente belleza
para imponerse al fin ante tus ojos
es un misterio, pero ya no
otra figura
otra voz
otra sonrisa.

Te ha crecido esta mujer hasta encumbrarse en tus adentros
y se alza así con tu deseo
cosido con los dientes de su boca,
como animal triunfante.

Quizás ella no advierta
que tus ojos se vuelven melancólicos
para seguir el rastro de su falda,

y cómo ha de saber
que a ti te ha conquistado
con su haldear ingenuo
y con el blando juego de su risa.

Es esta tu aflicción que ella desconoce.

Pero tú sueñas
que paseas las playas con su mano apretada
bajo un cielo quebrado por zarpazos de fuego
irisados los ojos con reflejos azules
y blancos, por las cenizas de la tarde,
mientras la noche llama
y el sol se desvanece.

En vuestras manos ojos bocas lenguas
os reconoceréis
y os acogerá un gozo
como nuevo
que atraviesa los siglos.

Haréis una promesa
de compartida eternidad
que guardaréis
y vuestros corazones se acordarán a un tiempo
para enfrentar el mundo.

Tendrán sabor a fresa los crepúsculos
de días venideros,
pues todo ha de cumplirse,

y te verán pasar
junto a tu chica
que tiene piernas flacas

y un amor grande.


RENUNCIA

Así mi tiempo
detenido
como un espectador
que en el silencio asiste
a la contemplación de lo perfecto
y mudo queda
ante el amor que le provoca.

Así quiero pasar
sin ser
para teneros.


ESPERANZA AÚN

Pobre espíritu derrotado,
débil cuerpo que rehúye
la guerra inútil ya,
que el tiempo se ha cumplido.
¿Albergas un adarme de esperanza?
Vendrán en tu rescate
las gentes que te quieren
y no te dejarán caer
como siempre has caído,
como vienes cayendo sin descanso,
vencido por el peso de tu nada.

Tal vez responderás
diciéndoles: “Os quiero
tanto como si ya estuviera
al fin de mi derrota
y no quedara más que vuestro amor
para salvarme.”

Y entonces surgirás de nuevo
como si aún
tú te desconocieras.

LA NADA

La nada. La nada.
La ejecución incierta de los sueños,
el verso o el amor que no fue mío.
La nada, la nada: la vida.


CORDURA

Me ha empapado en la noche
una lluvia de otoño.
No he buscado refugio
pues mi cuerpo calado
ha sabido que es tarde
para escurrir el bulto,
tratar de protegerse
y andarse con cuidados.

PENÚLTIMA REFLEXIÓN

Nada importará
después del tiempo
que te prestó la vida
cuando el Universo
no albergue a quien te amó.

Asume las huellas de tu culpa,
carga con el pecado
de no saber vivir

aun cuando tantas cosas
(y alguna gente
sobre todo)
urdían la trama de tu felicidad.

Acéptalo por grave que pueda parecerte,
pero no permitas la duda:

tú también amaste
y amas
a estos que en su lucha
propia se vuelven más
y más
ajenos a tu suerte.

Que ningún dios te espere
ni otra gloria quieras que no sea
la dicha que te dieron
aquellos que una vez te creyeron divino,
pues lo fuiste.

Más alto
que los dioses más altos,
tan sabio y bueno como te veían
tan puro y limpio como el cielo
cuando te miraban.

Fue mucho lo que quisiste darles.
Fue inmenso lo que te dieron.

Porque ellos sabían de tu amor.

Es quizás el tiempo de la retirada.
Tan solo intenta
que todo
acabe
dignamente.


EPITAFIO

Tan solo fue un engaño.
Pura mentira.
Sobre las altas torres de la nada
se levantó tu vida.
Ni excelsas muestras de tu voz
permanecieron,
ni exiguas trazas de tu pensamiento.
Solo quedó de ti tu desconcierto;
como eterna canción,
solo el silencio.


PUERTO CALDERÓN

Sabemos lo que es
desde un acantilado
ver el mar

quedarnos suspendidos como nubes
soñando que soñamos lo que vemos.

OYÉNDOSE ALABAR

Ella si va, sentendosi laudare
DANTE

Te veía pasar
con la mirada atenta a tu vestido
y adiós
y una sonrisa
y te alejabas
radiante
hacia tu puerta
pisando los jazmines
con tu bolsa apretada contra el pecho
acelerando el paso de alegría
y ya corriendo
hasta perderte
en el zaguán de mármol de tu casa.


SONETOS

I

nadar sabe mi llama la agua fría
Francisco de Quevedo

No quisiera morir si en la otra vida
es el amor perseguidor de oficio
del alma que eligió, infeliz vicio,
ser de otra alma la infeliz cautiva.

No quisiera morirme si encendida
seguirá mi pasión, sin beneficio,
condenada al altar del sacrificio
así en la muerte tal como en la vida.

Aunque sepa nadar, hundirme quiero
y librar a mi alma y a mis venas
de tanto humor y tanto fuego dado.

Cuando muera, dormir en paz espero,
olvidado de ti y de las penas
que me causan tu amor y su cuidado.


II

Surgió de entre los cisnes y la fuente
(o así me pareció con la distancia);
yo no me percaté de la importancia
de aquella aparición hasta que, urgente,

vino hacia mí; mirándome de frente
“Soy”, me dijo, “tu novia de la infancia”;
mas me volví con algo de arrogancia
sin comprender su boca decadente.

¿Es esta de la voz no recordada
aquel amor primero y añorado?
¿Acaso no eras tú, o sí lo eras?

¿Y cómo pude no decirte nada?
El hecho fue que me quedé callado
y a hora lloro aquí, por si lo fueras.


III
No he de callar, por más que con el dedo,
ya tocando la boca, o ya la frente,
silencio avises, o amenaces miedo.

¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
QUEVEDO


truéquese en risa mi dolor profundo...
Que haya un cadáver más, ¿qué importa al mundo?ESPRONCEDA. Canto a Teresa


No he de callar, por más que el verso ajeno
se cuele como un aire en mi escritura,
que está el cantar -¡oh siglos de hermosura!-
de tierra y agua y aire y fuego lleno.

Diré por cuanto gozo y cuanto peno
con propia voz u otra voz más pura,
pues tanto da tristeza que tristura,
la forma del toscano, el verso heleno.

¿Cómo se ha de decir lo que se siente?
¿Siempre se ha de inventar lo que se dice?
Truéquese en plagio mi sentir profundo,

pues no habrá logro de otro que no intente
ni largos rizos de oro que no rice.
Que haya un soneto más, ¿qué importa al mundo?


IV
¡Ay, Floralba! Soñé que te… ¿Direlo?
Sí, pues que sueño fue: que te gozaba.
¿Y quién, sino un amante que soñaba,
juntara tanto infierno a tanto cielo?
QUEVEDO

Un sueño tuve ayer, Floralba, y era
que tocaba mi mano tu cabello
al tiempo que mi boca por tu cuello
descendía buscando tu cadera.

Por gran prodigio tuve yo que fuera
aceptado de ti mi gesto bello,
y tanto me engañé, que estando en ello
no pude ver que despertó la fiera.

Un golpe desatento me asestaste
en esa boca que buscaba en vano
concluir lo empezado con gemidos.

Y con gemidos fue como acabaste
una aventura que empezó mi mano
y me dejó mi cuerpo dolorido.



TRES COMPOSICIONES PUBLICADAS EN CUADERNOS DE ROLDÁN

UN PAISAJE DEL CIELO

Un brillo hiriente reverbera
en el perfil huraño de la nube
orlando el gris
hasta cuajar
en áspera belleza agreste
a la naturaleza amenazante.


CANCIÓN TRISTE

Me acordaré de ti
como siempre me acuerdo

al despuntar el día
al ocultarlo el cielo

me acordaré de ti
me quedaré despierto

te sentiré muy cerca
te sufriré muy lejos

me quedaré mirando
como miran los muertos

y pasarán las horas
y te echaré de menos

me acordaré de ti
lloraré tu silencio

me romperé las manos
que tocaron tu cuerpo

y con la amanecida
de nuevo tu recuerdo

de nuevo tu silencio
de nuevo tu silencio

y pasarán las horas
y te echaré de menos.


SONETO

Ya se adentra septiembre con olores
que anuncian el otoño en mi ventana;
la luz va transformando la mañana
del verano, virando sus colores.

Destellos de las cañas, resplandores
del oro preotoñal de la manzana:
frutales hijos de la tierra humana
preñada por amantes labradores.

Soñando hojas de un lejano año
-lecho de amor bajo tu cuerpo ardiente-
me eché sobre la mesa adormecido.

Así traté de mitigar el daño
que el ciclo de la vida en su corriente
rescata cada otoño del olvido.

lunes, 16 de mayo de 2011

VIAJES



I

Después de tanto vuelo
y tanto cielo
al regresar
descubriste
que el presente
y el futuro
seguían
aguardándote
en el suelo.


II

Ya se me ha hundido todo el cielo
desarbolado la esperanza
helado el ansia codiciosa de tu roce

tan cerca de mí
que eras como mía

pero se acabó el trayecto
y hubo que apearse
¡pie a tierra!

y ya
distantes.



III

S’il y avait au moins sans qu’on puisse
l’atteindre une belle prairie verso ù aller.

(Si hubiese por lo menos sin que la pudiera
alcanzar una bella pradera hacia donde ir)
PIERRE RÉVERDY. Coin sous l’orage.
(‘Rincón bajo la tormenta’)



Y cuando me pregunte
qué hacer bajo esta nube
adónde dirigir mi pie que pisa
esta exacta porción de tierra
que no se abre en camino
o todavía no
como si el mundo
contemplara extrañado mi extrañeza
esperando a que yo me decidiese
por una u otra forma del vivir...

“¿Qué harás?”, parece que me gritan
la propia luz azul
y el puro verde y oro del paisaje.
“¿Hiciste la maleta?”


Porque solos, desnudos
se aventuran los hombres
que saben que aun perdiendo
estaban obligados al viaje.
“¿Y qué quieres dejar?”, me apremian.

A donde vaya iré
para poder marcharme.


viernes, 11 de febrero de 2011

CON VERDAD

Debes hacerte de nuevo un hombre ignorante
y ver con ojo ignorante el sol nuevo.
WALLACE STEVENS. Notas para una ficción suprema.


Que tus ojos nunca se acostumbren a la luz
Que tu mano nunca se acostumbre a lo que toca
Que tu boca nunca se acostumbre a lo que besa
Que tu oído nunca
Que tu olfato nunca
Nunca tu voz y nunca tu palabra
Nunca que tus ojos que tus manos que tu boca

Que la música te sea desconocida
Que la apariencia no conforme tus sentidos
Que lo sabido no
Que lo pensado no
No de lo que haya sido

Para nacer de nuevo
verdaderamente.

Exhala el mundo un canto que agoniza y se extingue
si no es bien recibido
que exige amor y exige inteligencia
y un sexto y único sentido
capaz de percibirlo todo a un tiempo

Para vivir de nuevo
verdaderamente.

sábado, 8 de enero de 2011

21 DE DICIEMBRE

El invernal solsticio,
la demorada noche.

Sólo queda esperar
a que la breve luz
se expanda
y adquiera consistencia
al paso de las horas

abriendo grietas en las sombras
hiriendo el iris inexperto
socavando desdichas
infiltrando hendiduras
en la tristeza
en la melancolía

destruyéndolas.

No tardará el encuentro con los días
en que alegre
renovado
surja

sin culpa ya
por esa redención
que irrumpe
como si nunca ausente
en medio de la noche se perdiera.

Miríadas de luz
le iré ganando al tiempo
a golpes de minúsculos asombros.

viernes, 10 de diciembre de 2010

NOSCE TE IPSUM

NOSCE TE IPSUM


No dejes que te hagan,
ni te hagas,
como a saber por qué
tienes que hacerte

para qué
para quién.

No.
Persevera en tu nada
si pretendes llegar a conocerte.

Y en cualquier caso,
no pongas mucho empeño.